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lunes, 7 de octubre de 2013

PASTEL DEL DIABLO- DEVIL´S FOOD

Pues parece ser que la tarta que hemos hecho bastantes veces con bizcocho de chocolate, relleno de chocolate y cobertura de chocolate, con algún aditamento para darle aroma, café en este caso, la han inventado los norteamericanos. (¡Mas quisieran!) Y la han patentado como un clásico propio con el nombre de Devil¨s Food. Bueno, pues no vamos a discutir por eso. A decir verdad, tiene de norteamericano el exceso made in USA:  mucho de todo. Pero en este caso no puedo considerarlo un defecto.
He sacado la idea -que no la receta- del libro "Pasteles, pastas, galletas, merengues, tartas, panes dulces y salados" Sí, todo eso. De Caroline Bretherton, editado por Blume. Yo recomiendo el libro, porque es muy atractivo para ver y da buenas ideas, pero  advierto que, ni de ése, ni de ningún otro, sigo yo jamás una receta tal como viene, sino que la apaño aquí y allá como me va pareciendo. Como aromatizante, en este caso, he empleado un indescriptible licor casero de café y chocolate, cuya receta facilitaré en la próxima entrada, para los insensatos que quieran tenerla. Se supone que sale líquido, como suelen ser los licores. Pero a mí me ha salido la versión untable. De hecho, es una versión Hannibal Lecter de la Nocilla, y yo, que no soy nada mindungui para las cosas de comer y beber, sólo me atrevo a ponerle algunas cucharadas a los postres  que lo admiten, como éste, y siempre los ha mejorado.  Pero no he tenido valor para servírselo a nadie, y el día que yo me tomé una -¡una!- cucharada para probarlo, estuve bastante contenta durante un rato. Advertidos quedáis.
Nota: Diréis que qué relación temática tienen las frambuesas y los madroños en el adorno de la tarta. La respuesta es: ninguna en absoluto. Pero queda tan bonito... Tal que así:
Guapa, ¿eh?

Mi versión de la receta es la siguiente:

Para el bizcocho en un molde de 20.22cm:

- Un vaso de chocolate en polvo, del que es para hacer a la taza.
- Un vaso de leche con una cucharada de café soluble. Se puede omitir, pero le da un punto especial.
- Un vaso de harina.
- Un vaso de azúcar.
- Un vaso de aceite de girasol
- Un sobre de levadura.
- Cuatro huevos.

Para la mousse:
- 50 gramos de azúcar
- 150 gramos de chocolate de postres.
- 3 huevos, claras y yemas separadas.
- 100 ml. de leche.
- 75 gramos de mantequilla.
- Un par de cucharadas de algún licor como el Tía María, Bayleys, o similar. Si quieres. (Y te recomiendo que quieras, a no ser que la vayan a tomar niños. No los vamos a pervertir tan pronto).
- Un pellizco de sal y unas gotas de limón.

Para la cobertura:
- Una tableta de chocolate de postres.
- Seis cucharadas de nata. Da igual que la montes o no.
- Media tableta de chocolate adicional para hacer virutas.
- Unas frambuesas, madroños o frutos rojos y unas hojitas de menta. No es obligatorio que te las comas.

Se hace primero la mousse calentando a muy baja temperatura la leche, las yemas, la mantequilla y el azúcar, hasta que espese. En Thermomix: 4 minutos, 80º, vel. 4. Se añade el chocolate en trozos y se aparta el cazo del fuego, removiendo hasta que se disuelva. En Th:  dejar que se ablande el chocolate dentro del vaso y triturar 15 segundos a vel. 6. Luego le ponemos el licor correspondiente
Se montan las claras a punto de nieve con la sal y las gotas de limón, a manubrio o en el vaso de la Th., que habremos lavado, y al que le habremos puesto la mariposa, 3 minutos, vel. 3.
En ambos casos las claras montadas se añaden a la crema de chocolate, envolviendo, y se reserva en la nevera.
La cobertura, que también dejamos preparada con antelación, para que le dé tiempo a espesar un poco, consiste simplemente en fundir el chocolate a muy baja temperatura, la mínima que podamos, y añadirle la nata, mezclar y enfriar.
Las virutas de chocolate se sacan del canto de la media tableta adicional, raspando con el cuchillo. Empiiezan a salir mejor cuando el chocolate templa un poco con el calor de las manos, que se te ponen bastante pringosillas. Lo que hagas con ellas después, por supuesto, es asunto tuyo. Las virutas deben ir también a la nevera, sobre todo si hace un calor tan espantoso como ahora.
Vale. Vamos con el bizcocho. Precalentamos el horno a 170º, calor arriba y abajo, al menos diez minutos, y engrasamos el molde. Batimos los huevos con el azúcar hasta que blanquee y espume, en la Th.  programaremos un minuto, 50º, vel. 3.
 Después se añaden los demás ingredientes, batiendo lo justo para ligar los ingredientes. Vertemos la mezcla en el vaso y a los veinte minutos ponemos el calor sólo por abajo. En total, de 35 a 45 minutos, pero, como siempre, hay que pinchar para verificar que esté cocido. Cuando vemos que lo está, sacamos el bizcocho, lo ponemos en una rejilla para que se enfríe, y sacamos un hilo de costura que rodee todo el perímetro del bizcocho. Anudamos y con cuidado vamos estrangulando el bizcocho por la cintura, hasta que se nos queda partido por la mitad. (¡Me encanta esta parte!).
Después montamos el asunto abriendo el bizcocho y rellenándolo con la mousse. Lo cubrimos con la otra parte, ponemos la cobertura y espolvoreamos las virutejas de chocolate. Luego se adorna al gusto con los frutos rojos que hayamos elegido y le ponemos las hojitas de menta. Acto seguido, y aunque nos cueste contenernos, metemos todo el edificio en la nevera para que se asiente. Luego lo sacáis y disfrutáis de la admiración general. Que para eso os lo habéis trabajado.


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