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martes, 26 de noviembre de 2013

BIZCOCHO DE PLÁTANO Y DE LO QUE TENGA POR AHÍ.

Suenan en lontananza, amenazadores, ecos de zambombas y panderetas cada vez más cercanos, y ruido de sables. En este caso, tenedores y cuchillos. Oh, sí: ya la tenemos encima. Como cada año. No hemos hecho más que guardar las cestas de la playa, y los supermercados nos traen ya los turrones y los mazapanes, en una prenavidad cada vez más anticipada y prolongada. Nos espera la tradicional comida con los amigos, la comida de trabajo de rigor, donde si pimplas más de la cuenta te lo estarán recordando durante años, y la ultrapreceptiva comida con la familia, ésa en la que, en ciertas ocasiones, -¡confiésalo!-, has deseado afilar con antelación los cubiertos, -como hacen los presos en los penales de alta seguridad- , y practicar el lanzamiento de tenedor. Directo al ojo. Pero tomémoslo con calma. Relajémonos, aunque las calles de la ciudad nos bombardeen a colorines, musiquillas y eslóganes: ¡No lo dejes para el último día! ¡Regala! ¡Compra! ¡YA! Aunque pasemos por delante de los bazares chinos, con esos aterradores Papá Noel de tamaño natural, bailando una danza inquietante. (Yo me cruzo de acera, lo confieso. Me dan algo de miedito). Aunque...... (rellena a tu elección el espacio en blanco. Hay de sobra con qué)
En fin, como no podré sustraerme, antes o después, al aprovisionamiento navideño, estoy, prudentemente, limpiando mi despensa y haciendo inventario. Tengo por ahí un paquete abierto de orejones, un paquete abierto de almendra en cubitos y otro de nueces, así como coco rallado que está empezando a adquirir un aspecto algo triste. Haremos algo con todo ello: aquí no se tiran ni los rabillos del salchichón. Y tengo a mis gentes dando vueltas por la cocina: "¿Ya no queda bizcocho?" Así que habrá que poner remedio a tan triste situación. Me pongo en faena e improviso lo siguiente:
Queda muy curiosito.
Ingredientes:
-220 gramos de harina con levadura
-180 gramos de azúcar moreno
-1 cubilete de aceite de oliva o girasol
-2 yogures naturales
-4 huevos
-Ralladura de un limón
-Un pellizco de sal
-1 cucharadita de cardamomo molido (opcional)
-1 cucharadita de canela (recomendable)
-2 plátanos.
-50 gramos de coco rallado
-Un puñado de orejones de melocotón picados.
-Un puñado de nueces peladas y troceadas
-Un puñado de cubitos de almendra, o almendra en láminas
-Tres cucharadas de miel y tres de agua, y un chorro de ron (éste es opcional).
Precalentamos el horno a 180º. Engrasamos un molde de unos 22 cm. de diámetro, o uno de plum-cake. Rehidratamos los orejones troceados en agua caliente, se pueden poner al microondas tres minutos, en una taza con agua.
Separamos las claras de las yemas y las batimos a punto de nieve. Reservamos. Batimos las yemas con el azúcar y añadimos el aceite, los yogures, la sal, la ralladura de limón, el coco y las especias. Añadimos la harina y batimos. Después vamos añadiendo las claras a punto de nieve, envolviendo con cuidado. Por último, se añaden los orejones y las nueces. Vertemos todo esto en el molde y por encima ponemos los plátanos cortados en rodajas. Lo ponemos al horno. Debe tardar entre 50 minutos y una hora; mi horno es cosa aparte, porque el pobre está viejecillo y le cuesta la vida entera cocerme los bizcochos. En fin. Si pinchamos y vemos que no está hecho, pero se nos ha dorado por arriba, le ponemos su papel de aluminio, y a ir probando. Cuando vemos que ya está cocido, apagamos el horno y lo dejamos unos 15 minutos con la puerta abierta. Pasado este tiempo, sacamos el bizcocho y lo desmoldamos. Ponemos en un cazo la miel, al agua y el ron, si se lo vamos a poner, y cuando se calienta la mezcla vamos bañando el bizcocho con ella. Yo lo voy pintando con la brocha de repostería, y para terminar, ponemos la almendra en cubitos.
Sale un bizcocho potente y muy jugoso, que conviene guardar en la nevera, porque, como ocurre con todos los pasteles que llevan fruta, quedan un poco húmedos y a temperatura ambiente se nos pueden fermentar. Cuando eso ocurre, adquieren un sabor a cripta bastante poco recomendable. Os lo dice una que lo ha probado (¡puargh!) y no desea repetir la experiencia
Sirve para aprovechar restillos y convertirlos en algo mucho mejor que la suma de los ingredientes. Como veis, no puede ser más una receta más virtuosa y razonable.  Pero esperaos a que empiece diciembre, con el pistoletazo de salida: ahí voy a empezar a poner recetas que van a ser de traca.... Aviso. 


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