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domingo, 5 de enero de 2014

ROSCON DE REYES: TARDÍO PERO CERTERO

Lo digo porque, hombre, a estas alturas de la tarde de la cabalgata, ya es para que hubiera puesto la entrada. Pero resulta que mi portátil ha decidido enloquecer de repente, borrarme todas las aplicaciones y, en definitiva, hacerme una magnífica peseta. Así que, mientras lo llevo a reparar, aquí estoy, en el ordenador de sobremesa del año de la tos, que funciona poco menos que a pedales, inasequible al desaliento.
Lo del roscón de Reyes es algo que, francamente, impone al principio. Parece algo muy difícil y muy laborioso, pero no necesita más que un poco de tiempo. A estas masas las fermentaciones lentas les van muy bien, es lo que las hace más tiernas y aromáticas  y que duren más, aunque de los dos roscones que yo llevo hechos, creo que a estas alturas no queda ni el recuerdo. Me queda un tercero que llevaré mañana a un desayuno familiar, a modo de traca final o fin de fiesta, para despedir estas dos semanas enloquecidas que nos han dejado ese risueño flotadorcillo en la cintura y la tarjeta de crédito, y la de El Corte Inglés, en la cama, sudando la gota gorda y con 40º de fiebre.
El roscón que yo hago no lleva ningún tipo de crema. Si eres entusiasta de ellas y piensas que, puestos a engordar, ya te tiras al barro, nada te impide ponerle tu nata montada, o tu crema de chocolate decente hecha por ti. Pero a mí me gusta el roscón a la usanza clásica, con una masa lo bastante buena para que no necesite de ningún añadido.
Receta del prefermento:
- 70 gramos de leche
- 10 gramos de levadura prensada o 3 de la seca. Un cuarto de cucharilla.
- 1 cucharada sopera de azúcar
- 130 gramos de harina de fuerza.
Hacemos una bola con todo ello, la amasamos un poco y la ponemos en un cuenco con agua. Cuando flota, ya está lista. Yo, como tenía tiempo, lo he dejado varias horas, hasta que mi hijo me ha recordado: "mamá, ¿pero tú no ibas a hacer el roscón?"
Masa:
-Todo el prefermento.
- 150 gramos de azúcar.
- Piel o ralladura de un limón y una naranja, sin nada de lo blanco.
- 70 gramos de mantequilla ablandada.
- 2 huevos
-150 gramos de leche entera.
- 15 gramos de levadura prensada fresca o 7 de la seca, una cucharadita de café.
- 30 gramos de agua de azahar.
- 450 gramos de harina de fuerza.
Para cubrir: fruta confitada al gusto (la naranja y las guindas van especialmente bien), 50 gramos de almendra troceada, 50 de mantequilla y 50 de azúcar.
Vamos allá:
Si lo hacemos con la Thermomix, primero ponemos en el vaso limpio y seco el azúcar con la cáscara de naranja y la de limón, 1 minuto, vel. 5-7-9 progresivo, repitiendo la operación si hace falta. Luego añadimos el  prefermento y el resto de los ingredientes, hasta la harina de fuerza, mezclamos algunos segundos a vel. 8 y luego amasamos a velocidad espiga cinco minutos.
Sin Thermomix, utilizaremos la piel de los cítricos rallada, y nos tocará amasar a fondo unos diez minutos. Es una masa un tanto antipática, porque se pega mucho, pero si nos mojamos las manos con frecuencia, conseguiremos hacernos con ella y dejarla lisa y moldeable.
Sea cual sea el método de amasado, dejamos la masa a temperatura ambiente un par de horas, yo la dejo  en la nevera toda la noche. Cuando veamos que ya está crecida, nos volvemos a mojar las manos, cogemos la bola de masa, la ponemos bien redonda y, metiendo la mano por en medio, le hacemos un agujero y lo vamos ensanchando con cuidado, procurando que nos quede bien homogéneo por todas partes. Tiene que quedar un óvalo bien abierto, porque luego, al volver a levar, y sobre todo al cocer, la masa crece mucho y corres el riesgo de que te salga la torta de Reyes en vez del roscón. No es que sea malo. pero le da un aspecto un poco tonto. A mí me pasaba mucho al principio. Lo ponemos sobre la bandeja del horno con su papel y lo vamos adornando al gusto con la fruta confitada. Mezclamos la almendra troceada con la mantequilla y el azúcar hasta obtener una pasta maravillosa. Nos lavamos las manos y vamos poniendo grumos de esta crema por todos los huecos que nos hayan quedado en medio de la fruta confitada. Poned mucho de todo, aunque parezca que el roscón está un poco agobiante de aspecto, porque luego la masa crecerá un montón y si la cobertura es escasa, el resultado será poco vistoso y quedaréis como unos rácanos. Dejáis el tema tranquilo durante otra hora más, y precalentáis el horno a 200º. El roscón subirá otro tanto de volumen, pero cuando se va a poner tremendo es cuando lo pongáis al horno. 18 a 20 minutos. Lo justo hasta que esté dorado. Es muy recomendable que a los diez minutos de cocción saquéis la bandeja del horno y la giréis, porque la parte de dentro del horno siempre da más calor y ese lado sale siempre más tostado.
Cuando tenga aspecto de hecho, es que lo está. Lo sacáis a enfriar a la rejilla, y no lo comáis hasta que esté frío del todo, so impacientes. No le sacaréis todo el gusto y además os dolerá la barriga. Habla la voz de la (amarga) experiencia.
Y, nada, a esperar a Sus Majestades. Nos hemos portado bien, ¿verdad? De hecho, puede que mejor de lo que hubiéramos querido...
Carpe diem....

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