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miércoles, 1 de enero de 2014

EN BLANCO DE PESCADO: El diablo, harto de carne, se hizo fraile.

 ¿Qué tal la entrada del año? ¿Eres de los que se han levantado frescos como una lechuga o de los que se arrastran por su guarida, cual personaje de The Walking Dead, deseando una muerte misericordiosa, o al menos planteándose en serio retirarse del mundo,  el demonio y la carne... especialmente de esta última? A algunos, a estas alturas, el cuerpo no les da para más...
Así que vamos con una receta salada, para inaugurar el año, y austera a más no poder. A ver, que levante la mano el malagueño que haya estado malo de la tripa y al que no le haya dicho su madre: "Esta noche te hago un en blanquito". ¿Que no sabes lo que es el en blanco? Pues es una sopa de pescado que te resucita de entre los muertos. Literalmente. Tras la semana grande de las comilonas, me hago el propósito, como la mayoría de vosotros, de que no volveré a comer jamás en la vida. Viviré de caldos y ratos de meditación, hasta que me vuelva traslúcida. Pero, claro, esto es mentira. Y aunque fuera verdad, hay que meterse en la cocina, porque somos cuatro criaturas en esta vuestra casa. En estos casos hago como cuando seguía la dieta Dukan: sigo preparando todo, pero no lo pruebo. En lo que a mí respecta, es como si estuviera cocinando con plastilina. Simplemente se trata de lograr el estado mental adecuado, y si estás en Modo Empacho, esto no te causa el menor problema.
Venga, la receta para mis convalecientes, pobrecitos míos:
Ingredientes para cuatro perjudicados comensales:
-1/2 kg. de merluza o rosada. Si es pescado congelado, recomiendo descongelarlo en leche: le quita el posible sabor a pescadazo y lo hace mucho más jugoso.
- 2 patatas medianas troceadas.
- Tres o cuatro dientes de ajo picados. Yo le pongo más y los dejo enteros. Pero yo es que a todo le pongo más de todo, como ya sabréis a estas alturas.
- Media cebolla
- 1 hoja de laurel
- 1 pimiento
- 1 tomate.
- Un par de ramas de perejil
- Sal al gusto
- Un chorro de aceite de oliva
- Mucho, mucho limón.
 Hay quien, para que quede más blanco y justificar el nombre, hace la fullería de añadir un chorrito de leche. Yo, que soy entusiasta de las imposturas, lo hago siempre. No le da ningún sabor especial y le quita el aspecto de sopa de hospital, o como decía mi madre, más clara que los padres santos.
Sencillo: se ponen en la cazuela todos los ingredientes menos el aceite y el limón. Se cuece hasta que la patata queda tierna y, fuera del fuego, le añadimos el chorrito de aceite y el zumo de un par de limones o más si gusta, que por eso no se peca. Ya podéis purificar vuestro organismo y descargar vuestra negra conciencia, para volver al tajo con renovadas energías.

El caldero de las brujas en acción


Y, ya puestos, feliz año nuevo para todos. No puedo desearos nada mejor que vivir un año más en pleno uso de facultades, a ser posible sin grandes catástrofes personales, y disfrutando de todos y cada uno de los días que traiga, tema éste último de nuestra exclusiva competencia. Como decía Forrest Gump, vivir es como abrir una caja de bombones. Unos nos gustarán más y otros menos, pero todos son bombones. Un beso para todos desde mi cocina, el centro de la casa y de la vida...

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