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miércoles, 30 de abril de 2014

CROQUETAS DE JAMON, ESPINACAS Y HUEVO DURO, HECHAS CON MUCHO AMOR Y MÁS TORTÍCOLIS

Las croquetas siempre han sido una asignatura en que digamos que a veces saco un notable y otras un aprobado raspao. Y no porque no me salgan buenas de sabor, sino por la textura. Siempre algo más compactas de la cuenta. Una de las razones por las que me enamoró la Thermomix es por aquello de que te hace ella solita la masa de las croquetas. Pero....he llegado a la conclusión de que la buena croqueta es un poco puñetera de hacer, y que hay que marear la masa un poco más de tiempo y a mano.  O sea, sufrir, de toda la vida. Para mí, la croqueta buena es la que tiene un buen rebozado, consistente y crujiente, que esconda dentro una masa tierna y jugosa. Pero, claro, están las prisas. Y nuevamente hay que invocar el espíritu zen de mi cocina: infinita paciencia para liar una masa muy pegajosilla y para rebozarla dos veces. Y para dar forma a las croquetas. Horita y media en total. Una empieza muy bien, formando unas croquetas regulares, bonitas y pequeñas. Luego te empiezas a soliviantar, pensando en todo lo que tienes que hacer después, con lo cual entra en acción el nefasto espíritu occidental de la producción en serie y la multitarea y ya te van saliendo menos regulares y menos bonitas. Hasta que las últimas te quedan como zeppelines abatidos por el enemigo, por feas y por gordas. Ya sabéis: el camino del infierno está empedrado de buenas intenciones. Y de croquetas monstruosas. Añado.
Así que hago propósito de enmienda y me digo: Me voy a tomar el tiempo para hacer unas croquetas como Dios manda. Y echo mano de un clásico de toda la vida: el libro de cocina de la Sección Femenina. El aterrador libro de cocina de la Sección Femenina, donde las recetas comienzan diciendo cosas tan tremendas como: (voz de estricta gobernanta): "Tómese un hermoso pollo, (o peor aún: a veces te lo ponen en femenino. Sí.) sáquele las tripas y chamúsquele las plumas" ¿Quién? ¿Yo? ¿Es a mí? Y esto, haciéndote un favor, y omitiendo la precuela de: "Diríjase Vd. al hermoso gallinero que tiene Vd. en su huerto, elija como víctima al hermoso pollo, y persígale por todo el lugar hasta acabar con su vida a sartenazos, tras lo cual le decapitará a conciencia". Yo no sé hacer esas cosas. Mi suegra y mis cuñadas sí: las he visto deshuesar y descuartizar el bicho con una destreza que me deja fascinada y un poco horrorizada,  recordándome cuánto conviene llevarse bien con ellas (jijiji...es broma), pero yo, que soy de ciudad, sólo he visto los pollos en una barqueta de corcho blanco, sin cabeza y limpitos. Tal como los coges del árbol, vamos.
 En fin, que en lo que respecta a las croquetas, pues hija, esto es cuestión de brazo y de remover un buen rato. Como la perspectiva no me entusiasma, opto por una solución intermedia: hago la receta de la Thermomix, pero después pongo la masa en una sartén, y a darle vueltas, hasta que se despega. Media hora más tarde tengo una masa buenísima, una sartén estropeada para siempre y una contractura de caballo en el hombro derecho. Estas mujeres de hoy en día, que no valemos para nada, Señor. Yo me acuerdo de mi madre, haciendo la masa, con su cucharón, removiendo a una velocidad de vértigo ¡ZACA! ¡ZACA!, con verdadera furia... creo que elegía para hacer croquetas el día que estaba más cabreada. Luego, jadeante y sudorosa, metía la masa en la nevera, ella se quedaba suave como una seda y nosotros disfrutábamos de un alimento de dioses. El día que nos trajo a la mesa unas croquetas precocinadas, supe que había muerto, para siempre, una época...
Pedazo de croqueta y de rebozado...
La receta:

-1 litro de leche
- 150 gramos de harina corriente.
- 25 gramos de mantequilla
- 50 c.c. de aceite.
- 1 cebolla.
- 1 kg. de espinacas congeladas . Parecen muchas, pero se quedan en una birria.
- 200 gramos de jamón en taquitos.
- Tres huevos duros.
- Cinco dientes de ajo.
- Un puñado de piñones.
-Sal o cubito de Avecrem. Uno si el jamón es más crudo y dos si es más seco y salado.
-Un polvito de pimienta.
- Otro de nuez moscada.
- Brazos de Mister Proper. Y, nada, a remover; y muchísima paciencia. Un MP3 y unos cascos distraen un montón. Como yo no tenía, me canté el repertorio completo de Carlos Cano. Temo una inminente denuncia de mis vecinos, por petarda.
Y, por cierto, es verdad que me he cargado la sartén, que ya estaba algo pachucha.
Bueno,  lo primero que hay que hacer es saltear las espinacas con el ajo y los piñones, y añadir después los taquitos de jamón. Procuramos que nos queden lo más secas posibles, y reservamos.
Luego viene el primer, o único, si queréis, paso, para los que tenéis Thermomix. troceamos la cebolla unos segundos a vel. 3 y luego añadimos la mantequilla y el aceite y las doramos tres minutos, temperatura 100º, vel. 5. Luego añadimos la harina y ponemos dos minutos, 90º, vel. 4. A continuación ponemos la leche, la sal o Avecrem, la nuez moscada y la pimienta, y mezclamos 15 segundos en velocidad 8. Luego programamos 7 minutos, 90º, vel. 2. La receta dice que además pongamos el relleno, pero yo siempre se lo añado después, cuando ya tengo cocida la bechamel, porque si no, se hace una especie de paté, y a mí me gusta que se noten los trozos. Vale. Ahora mezcláis el relleno con los huevos duros picados finamente y podéis poner la masa a enfriar tal cual, o la pasáis a una sartén y la termináis con el cucharón de toda la vida, si, como a mí, os gusta más cuajada y más tostada,.
Si no tenéis Thermomix, o no la queréis usar, hay que picar muy fina la cebolla y ponerla a rehogar, sin que se tueste, en una sartén grande, con la mantequilla y el aceite. Después se añade la harina, y se le dan vueltas, un par de minutos. Luego se añaden la leche, los condimentos y las espinacas con los huevos picados, y a remover. En este caso es útil tener un batidor de varillas para eliminar los grumos desde el principio. Y ya nada, a seguir,  hasta que la masa se despegue de las paredes de la sartén. Podéis cantar "Soy minero": se coge un ritmo muy bueno. Tampoco está mal "La zarzamora", y hasta "Ay, pena, penita, pena" (la elaboración de croquetas despierta un punto muy folklórico). Y a enfriar.
Una vez fría, se empiezan a formar las croquetas, y cada una se pasa por huevo y pan rallado dos veces. Si la masa es pegajosa de manejar, es muy útil mojarse las manos de vez en cuando. Pero no añadáis harina ni puré de patatas para espesarla. Esa fullería ya la hecho yo, y en el primer caso, la masa sabe a harina cruda, y en el segundo, queda como arenosa.
Se fríen en aceite abundante y bien caliente, y se ponen en un plato con papel de cocina, para escurrir el exceso. Luego se pueden congelar las que no se consuman. Ya que te das la trabajera, por lo menos es útil tener guardadas, hasta que se te olvide que dijiste que es la última vez que te metes en esta faena... porque, como yo, lo dirás.
Eso sí: salen buenas, buenas.....  El esfuerzo merece la pena, aunque te quedes medio baldado. Has conseguido unas croquetas decentes y ya sólo te queda, para cumplir tu misión en la vida, plantar un niño, tener un libro y escribir un árbol. (¿Era así? .Creo que el abuso de ibuprofeno me produce unos extraños efectos.)
A disfrutar...

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