Ya os he contado que tengo en mi cocina un pedazo de nevera americana, de esas de dos puertas, que no le falta más que hablar. Y que siempre está abarrotada, porque creo que en una vida anterior debí morirme durante una hambruna y siempre me parece que me voy a quedar sin existencias. Tiene un panel digital y algunas veces, veo que ha variado la temperatura (suele ser porque se ha taponado la rejilla de ventilación), o que pone cualquier cosa rara, y ahí es que me muero. Porque hace unos años, estando en garantía, se me rompió. En verano. La semana antes de la feria. Llegó el técnico, abrió la puerta y dijo algo como "uyuyuyuy...oooyyyyy" que sonaba muy, pero que muy malamente. La pieza que había que reponer era una pieza rarísima que había que pedir a Alemania, pero que tenía que venir, desconozco los motivos, por Inglaterra, y además se produjo no sé qué problema aduanero, o no sé qué huelga de operarios, total, que mi pieza metida dos semanas en un contenedor, en algún lejano puerto británico, y yo comprando bolsas de hielo todos los días para la nevera, en medio de un fresquito agosto malagueño, con pánico de que pilláramos una salmonelosis o sabe Dios qué. Revisaba la cosas a diario, y les decía a mis hijos cosas como:
- Anda, terminaos ya este jamón cocido.
Y los pobres miraban el jamón, me miraban a mí y decían, cargados de razón:
- Mamá, si nos comemos "eso", los que nos vamos a poner malos, somos nosotros...
Por eso me dan sudores fríos cada vez que veo algo anormal en un electrodoméstico de éstos que te dicen cosas. Antes, se te rompía la nevera, la lavadora o lo que sea, y se te rompía. El técnico te decía: Señora, ha muerto. Cascado. R.I.P. Y tenías que comprar otra y ya está. Ahora, a lo mejor te sale en el panel electrónico algo como 01Fg5, o una barbaridad similar, y resulta que ese código de error en concreto no viene en el manual del usuario. Es decir, sí viene. Normalmente, en finlandés. Y siempre es una avería gordísima que hace que el técnico se rasque el cogote y diga que "jamás en su vida" había encontrado nada más raro, y que tiene que llamar al compañero para que lo vea. Claro que ocurren también otras cosas como esa vez que, al principio de mi vida de casada, cuando yo no tenía ni idea de cómo funcionaba la lavadora, llamé despavorida al servicio técnico, porque la ropa me salía empapada. Llegó el hombre, miró por encima la lavadora, me aplastó bajo una mirada de desprecio infinito, y me dijo, por este orden, lo siguiente:
1) "Señora, ha dejado usted pulsada la tecla de EXCLUSIÓN DE CENTRIFUGADO"
2)."El desplazamiento son tres mil pesetas."
3) "Haga el favor de firmar aquí"
4) "Buenos días".
Si alguna vez quise desaparecer siete estadios bajo tierra, fue ésa. Me lo podéis creer.
El caso es que cuando la avería de la nevera, yo andaba como loca sacando cosas para que se consumiesen, y como toda mi familia salía corriendo en cuanto me veían entrar con algo de comer en la mano, ( "¿Y no queréis un....?") tuve que aprender a disimular. es decir, a camuflar vilmente las sobras. La receta de hoy sería un buen ejemplo, porque sale un paté de totum revolutum que está buenísimo Es ideal para los bocadillos, pero también para untar en unas tostaditas, acompañando a un vino blanco o rosado bien fresquito. Ahora, que yo no me lo he inventado, con todo lo lista que soy. Se lo ha inventado doña Vorwerk, creadora de la Thermomix, y consiste básicamente en triturar juntas unas cosas que no pegan ni con cola y que juntas quedan de maravilla. Os animo a que lo probéis:
Ingredientes:
- 150 gramos de mantequilla
- 300 gramos de jamón de York.
- 100 gramos de paté de foie gras
- La mitad de una lata de anchoas, escurridas.
- 2 cucharadas de alcaparras o dos o tres pepinillos en vinagre picados.
Para hacer en Thermomix, se pone en el vaso la mantequilla y se programa un minuto, 37º, vel. 2. Se añaden el resto de los ingredientes y se tritura 20 segundos a velocidad 4. Se pone en un tarro de cristal y se guarda en la nevera hasta que se enfría y se cuaja.
Sin Thermomix, se funden juntos a temperatura moderada el paté y la mantequilla, y se pasa al vaso de la batidora junto con el resto de los ingredientes, batiéndose todo hasta que se quede homogéneo y luego se procede como en el modo anterior.
Fácil, resultón, y de reciclado. Pero eso último no lo digáis ni bajo tortura...
- Anda, terminaos ya este jamón cocido.
Y los pobres miraban el jamón, me miraban a mí y decían, cargados de razón:
- Mamá, si nos comemos "eso", los que nos vamos a poner malos, somos nosotros...
Por eso me dan sudores fríos cada vez que veo algo anormal en un electrodoméstico de éstos que te dicen cosas. Antes, se te rompía la nevera, la lavadora o lo que sea, y se te rompía. El técnico te decía: Señora, ha muerto. Cascado. R.I.P. Y tenías que comprar otra y ya está. Ahora, a lo mejor te sale en el panel electrónico algo como 01Fg5, o una barbaridad similar, y resulta que ese código de error en concreto no viene en el manual del usuario. Es decir, sí viene. Normalmente, en finlandés. Y siempre es una avería gordísima que hace que el técnico se rasque el cogote y diga que "jamás en su vida" había encontrado nada más raro, y que tiene que llamar al compañero para que lo vea. Claro que ocurren también otras cosas como esa vez que, al principio de mi vida de casada, cuando yo no tenía ni idea de cómo funcionaba la lavadora, llamé despavorida al servicio técnico, porque la ropa me salía empapada. Llegó el hombre, miró por encima la lavadora, me aplastó bajo una mirada de desprecio infinito, y me dijo, por este orden, lo siguiente:
1) "Señora, ha dejado usted pulsada la tecla de EXCLUSIÓN DE CENTRIFUGADO"
2)."El desplazamiento son tres mil pesetas."
3) "Haga el favor de firmar aquí"
4) "Buenos días".
Si alguna vez quise desaparecer siete estadios bajo tierra, fue ésa. Me lo podéis creer.
El caso es que cuando la avería de la nevera, yo andaba como loca sacando cosas para que se consumiesen, y como toda mi familia salía corriendo en cuanto me veían entrar con algo de comer en la mano, ( "¿Y no queréis un....?") tuve que aprender a disimular. es decir, a camuflar vilmente las sobras. La receta de hoy sería un buen ejemplo, porque sale un paté de totum revolutum que está buenísimo Es ideal para los bocadillos, pero también para untar en unas tostaditas, acompañando a un vino blanco o rosado bien fresquito. Ahora, que yo no me lo he inventado, con todo lo lista que soy. Se lo ha inventado doña Vorwerk, creadora de la Thermomix, y consiste básicamente en triturar juntas unas cosas que no pegan ni con cola y que juntas quedan de maravilla. Os animo a que lo probéis:
Ingredientes:
- 150 gramos de mantequilla
- 300 gramos de jamón de York.
- 100 gramos de paté de foie gras
- La mitad de una lata de anchoas, escurridas.
- 2 cucharadas de alcaparras o dos o tres pepinillos en vinagre picados.
Para hacer en Thermomix, se pone en el vaso la mantequilla y se programa un minuto, 37º, vel. 2. Se añaden el resto de los ingredientes y se tritura 20 segundos a velocidad 4. Se pone en un tarro de cristal y se guarda en la nevera hasta que se enfría y se cuaja.
Sin Thermomix, se funden juntos a temperatura moderada el paté y la mantequilla, y se pasa al vaso de la batidora junto con el resto de los ingredientes, batiéndose todo hasta que se quede homogéneo y luego se procede como en el modo anterior.
Fácil, resultón, y de reciclado. Pero eso último no lo digáis ni bajo tortura...
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