Nos encontramos ya completamente sumidos en la cotidianidad -¡qué pronto se olvidan las vacaciones!-, y hoy hasta nos ha llovido ya y todo. Mis dos criaturas ya están despachadas a sus respectivos centros educativos: no hay nada mejor que el colegio, qué alegría. Para las madres, naturalmente. Pero ahora no están ellos para sacar al Curro por la mañana, y lo tengo que hacer yo, poniéndole siempre el bozal para que no se coma toda la porquería en media hectárea a la redonda. El estómago de nuestro Curro está catalogado como el agujero negro más potente detectado en la galaxia: es antimateria cien por cien. El otro día se zampó, equitativamente, la mitad de dos billetes de cinco euros que mi hijo tenía sobre la mesa del salón. Y si, como somos pobres, hubiéramos sido ricos, se hubiera zampado igual dos de quinientos. Si hubiéramos sido muy ricos, pues a lo mejor no nos hubiera importado. Hasta puede que nos hubiera dado mucha risa. Pero, como somos pobres, mi hijo llevó las dos mitades de los billetes al Banco de España, donde un señor muy poco comprensivo le dijo que sólo le podía cambiar el que correspondía al medio billete que traía número de serie. Así que mi niño se vino muy cabreado con el perro, que nos va a salir más caro que si fuera tonto.
Y con ésa y otras tareas, intercaladas con mis menesteres jurídicos, le ha tocado el turno al pavoroso cometido de ordenar mi nevera: la Cosa de enfrente de los fogones que tiene dispensador automático, porque cada vez que abrimos la puerta se nos vienen varias cosas encima, con o sin desparramamiento. Para encontrar algo a la primera, me hace falta un georradar. Cuando ocurre esto, sin duda es porque hay algo que no anda muy bien en tu vida y, mientras lo averiguo, voy sacando restillos y se me va ocurriendo el típico plato vistoso de aprovechamiento: un par de pechugas cocidas, un poco de jamón más seco que un ripio, pero aún comestible, y un glorioso chorizo picante de León que canta a embutidazo desde que abres la puerta. Además tengo pisto congelado, así que he triunfado. Manos a la obra.
Os doy varias versiones, de mayor a menor complicación:
1) Receta masa de empanada:
- 50 ml. de agua- 50 ml. de aceite
- 50 ml. de vino blanco.
- Una cucharada rasa de pimentón de la Vera
- 1 huevo
3 cucharadas de mantequilla
- 15 gramos de levadura prensada de panadero o una cucharada rasa de la de en polvo de panadería
- 1 cucharadita de sal
- 450 gramos, aproximadamente, de harina de fuerza.
En Thermomix: Ponemos los ingredientes en el vaso menos el huevo, la levadura y la harina, 2 minutos, temperatura 37º, vel. 2. Añadimos el resto, ponemos vel. 7 unos 15 segundos y velocidad espiga 2 minutos.
Sin Thermomix, amasar a mano unos diez minutos. Se siente.
Relleno:
- Un bote de tomate triturado
- Tres o cuatro pimientos
- Una cebolla grande.
- Dos pechugas de pollo cocidas, o un resto de carne que tengamos
- 100 gramos de jamón serrano.
- Dos chorizos.
-Aceite, sal y un poco de azúcar.
Picamos fina la cebolla y los pimientos y los ponemos a sofreír a fuego bajo con un fondo de aceite en la sartén. Cuando estén blanditos, picamos fino y añadimos todo el tema carnívoro y lo salteamos un poquito. Añadimos la lata de tomate triturado, una cucharadita de sal y una cucharada de azúcar, y lo ponemos a freir hasta que el agua de la lata se haya evaporado y el tomate esté espeso. Por supuesto, si vais para nota podéis freir tomates naturales, como un kilo, y el tema mejora aún más, de manera espectacular. Para un "notable", vale el tomate triturado, y para el cinquillo raspao, un brick de tomate frito. Ayyyy.....
2) Se usa masa de hojaldre y se utiliza como dice en la caja. Se rellena con una fritada de las que ya vienen hechas, como la de Mercadona, y se le añaden los ingredientes cárnicos que se tengan
3) Más fácil todavía: en vez de hacer una empanada, se usan obleas de empanadilla, con el relleno referido, y se fríen o se hornean. Ya puestos, también os podéis ir al McDonalds, pediros un Mc Pollo y mandarme a mí al cuerno. Es una opción perfectamente legítima.
Para 1) y 2):
Precalentar el horno a 200º. Se divide la masa en dos, en proporción de dos tercios y un tercio de la masa. La parte más grande se estira muy fina con el rodillo, forrando un molde rectangular cubierto con papel de horno. Se pone el relleno y se estira la otra mitad de la masa, extendiéndola sobre el relleno y cerrando la parte de abajo sobre la de arriba, haciendo un cordón. Se hace un agujero en medio, se decora con tonterías hechas con la masa sobrante, se pinta con huevo batido y se pone al horno a 200º, hasta que la masa esté dorada.
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Quedó muy guapa, sin photoshop ni nada. |
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Y bueníiiiisima |
En mi casa duró un suspiro....
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