Esta receta me la pasó Inma y reconozco que uno de los motivos para hacerla es que me hizo mucha gracia el nombre. Ese regusto a años cincuenta, cuando un buen marido se consideraba un bien escaso y codiciado, algo así como sacar una plaza en unas oposiciones. Y la masa de chicas casaderas en feroz competencia eran la morralla, -qué triste- y debían valerse de los más sofisticados ardides para hacerse con una pieza de catorce puntas, en forma de señor casadero, a ser posible de registrador de la propiedad para arriba. Quiero pensar, en ese sentido, que las cosas han cambiado...
En el enlace que Inma me ha enviado de Facebook estaba, sin embargo, el sentido comentario de una señora, que aseguraba hubiese agradecido mucho más una receta para "deshacerse" de su cara mitad... Por el tono, creo que no se refería al divorcio. Mujer, pero cómo le vamos a dar eso. Con lo castigado que está. Aunque el marido sea pequeñajo, formato llavero. Sin embargo, no puede negarse que esta receta, administrada con cierta regularidad a cualquier persona, tiene de sobras potencial para provocar una pancreatitis fulminante. ¿Nunca os habéis planteado cuántos y cuántos crimenes perfectos deben haberse fraguado en la intimidad de las cocinas domesticas? Imaginad: el señor ya algo cascado, seguramente fumador y sedentario, con su colesterol o su azúcar o sus trigliceridos altos, pero goloso y tragón como el que más. La señora, excelente cocinera, que cuida a su maridito como a una imagen santa metida en una urna, y que le prepara todas las cositas que tanto le gustan. Prueba esto, cariño, que mira que bueno me ha salido, y un poquitito no te va a hacer daño. A ver si revientas. El marido se siente muy mimado, y día a día, y a fuerza de poquititos, va tragando de grasa y azúcares lo que no esta escrito. Y un día colapsa ese corazón o ese páncreas o sobreviene un ictus fulminante, y la viuda dice a todo el mundo, muy compungida:
-¡Pobrecito! Parece que le estoy viendo, en su sillón, con su pastelito que se tomaba cada tarde con el café. Con lo que disfrutaba con cualquier cosa, y ahora le tengo de cuerpo presente, ¡que dolor!
Y cobra su seguro de vida y su pensión y se va al bingo todas las tardes con las amigas, ahora que se ha quitado de encima al posma del marido, tan pesado y tan cargadito de puñetas que se estaba poniendo ya....
Da un poco de miedo pensarlo, la verdad. Así que para evitar cosas como ésta, es mucho más prudente hacer la presente receta, sobre todo en su versión XXL, si la vamos a llevar a una reunión y somos más y cabemos a menos colesterol por barba.![]() |
He aquí el corpus delicti |
- 500 gramos de queso mascarpone.(el original ponía 350 gramos de harina y es mucha harinaza para un pastel de textura cremosa)
- Una lata pequeña de leche condensada.
- Una lata de leche Ideal
- Una lata de leche de coco.
- Cuatro huevos.
- Dos cucharadas de Maicena
Para la cobertura:
- Un paquete de coco rallado (unos 200 gramos)
- Una lata adicional de leche de coco
- Tres cucharadas de azúcar.
- Chocolate fundido o en sirope para rematar la faena.
Nos hace falta para todo el conjunto un molde cuadrado grande, con capacidad para dos litros. O bien para un litro y dividís entre dos los ingredientes de masa y cobertura.
Se precalienta el horno a 180º.
Batimos absolutamente todo excepto los ingredientes de la cobertura, lo vertemos en el molde y éste lo ponemos dentro de la bandeja normal del horno, con agua, es decir, al baño María. Nos va a tardar como una hora o incluso algo más, unos 45 minutos si los ingredientes son la mitad, e iremos pinchando para ver cuándo se queda cuajado por dentro.
Los ingredientes de la cobertura se mezclan en un cazo y cocemos la mezcla unos diez minutos o quince, a fuego bajo y removiendo.
Una vez cocido el pastel, le ponemos la cobertura por encima. Yo la gratiné un poco en el grill, porque aquello estaba muy blancuzco y muy poco vistoso. Pero al dorarlo en el grill se quedó con el indeseado y sorprendente efecto de una lasaña, así que le puse unos hilillos de chocolate por encima y quedó mejor, y seguro que encontráis muchas otras formas de darle vista al tema. El pastel, bajo su inofensiva apariencia, está exquisito (y contundente) En lo de atrapar maridos yo ya no entro. Pues, suponiendo que alguien tenga tal propósito hoy día, hay que poner en juego otras habilidades que exceden de la temática de este humilde blog.
Para terminar, lanzo este desafío: encontrar la receta del "pastel atrapamujeres" Oye, ¿por qué no? Con lo guapas y apañadas que somos. Admito toda clase de sugerencias.
Feliz semana....
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.