Buenas tardes, queridos amigos. Aquí estoy, para lo que queráis mandar, tumbada boca abajo en una camilla. Llevo varios meses arrastrando un tremebundo dolor de espalda, y últimamente, para que no se sienta solo, también acompañado de un dolor importante en los dos pies. Me he llevado un regaño de mi médico por no ponerme las plantillas. Pero es que no caben en los zapatos de verano y, con las sandalias, es directamente imposible. La opción zapatos ortopédicos está descartada desde el inicio: no quiero deprimirme cada vez que me mire los pies. Lo de la espalda es crónico y ya me he visto antes en esta situación. Pertenezco a ese amplio grupo de personas bienhechas que cargan literalmente el mundo sobre los hombros, y que cada día van añadiendo piedras y más piedras a la mochila. Si añadimos a esto ese atavismo de mujer primitiva recolectora que va haciendo cada mañana recados diversos aquí y allá, y que vuelve a casa cada día con unas cuantas bolsas colgadas de cada brazo, pues tenemos servida una buena ración de sobrecarga. Y cuando voy por la calle -a veces incluso sin nada en las manos-,, y creo ir relajada, observo cómo tengo los músculos totalmente contraídos. Por lo demás, vivo en permanente estado de alerta, y duermo con un ojo abierto, como los perros de caza. No es de extrañar que me encuentre convertida en un nudo viviente.
De solucionar eso se va a encargar esta simpática fisioterapeuta que tengo detrás de mí. Se está poniendo crema en las manos. Qué manos. Madre de mi vida. Eso no son manos, son dos palas de las que se usan para cargar las hormigoneras. Voy a salir de aquí con las vértebras en un cucurucho. Antes de empezar, me han estado reconociendo:
-Uyuyuuuuyyy... qué espalda, estas cargadíííísima. Cruza las manos en la nuca....No duele nada...
(¿¿¿Cómo??? ¿¿¿Qué se supone que me van a hacer y que "no duele nada"??? La frase "no duele nada" siempre precede a una maniobra que debe alarmarte. Porque siempre, o casi siempre, es mentira.)
-Oiga. ¿Qué?....
-¡¡¡¡CRRRRAAAACCCC!!!
Me han pegado sin avisar una crujida de tal calibre, que me sorprendo de seguir entera, y no haberme desmontado como un mecano. Es verdad que no duele Y no dura ni un segundo. Pero es tan angustioso como si doliera. Sin embargo, ahora puedo girar libremente la cabeza. Puedo girarla tanto cono la niña de "El exorcista". O, al menos, así me lo parece a mí. Qué gusto. Pero, claro, entonces empieza la verdadera tortura: esas manos gigantescas se hunden de tal manera en mis músculos, que parece que me los van a sacar a manojos. Doler, esto sí duele un horror, la primera y la segunda vez; se me saltan lagrimones como cocos. Cuando todo termina, me levanto aturdida, despegándome poquito a poco de la camilla para arrastrarme hacia la silla donde me van a dar infrarrojos. Tampoco puedo demorarme mucho, esto va como una cadena de montaje y antes de que haya terminado de vestirme, como no ande lista, me lanzan encima al paciente próximo. Hay una cola de criaturas baldás más larga que un día sin pan. Sorprendentemente, puedo caminar por mi propio pie, y no se me van cayendo piezas por el trayecto, en contra de mi impresión. Porque esto es como cuando montas un mueble de Ikea y te sobran tres o cuatro tornillos, y no sabes si el mueble va a aguantar o si se te va a desmerengar en cualquier momento. Pero cuando salgo de la clínica, me siento maravillosamente liviana, y pienso en lo sano que es dejar que, de vez en cuando, alguien se ocupe de ti. Porque a mí me cuesta horrores. No me gusta ni tener que ir a la peluquería, para no ponerme en manos de otros. Pero, a veces, hay que tener la humildad de dejarse ayudar, y llevar al tinte el traje de superheroína, y dejar de hacerte la chula. Que nos tenemos que cuidar, y no nos enteramos.
Os pongo esta receta fantástica del blog Divina Cocina, siempre convenientemente tuneada: la he simplificado recurriendo a masa brisa ya preparada, de la redonda, en vez de hacerla nosotros, lo cual abrevia el tema considerablemente.
Para el relleno:-200 gramos de nueces peladas, mejor si son pecanas, pero si no, nos valen las normales. Aquí no se discrimina a nadie.
-Dos o tres manzanas al gusto, más ácidas o más dulces.
-Tres huevos.
-100 gramos de sirope de arce o de miel.
- 50 gramos de mantequilla.
- 100 gramos de azúcar moreno.
- Una cucharada sopera de esencia de vainilla. Opcional, pero recomendable.
- Una cucharada de harina de maíz.
- Una cucharadita de canela molida.
- Helado de vainilla. Está tan bueno de acompañamiento que yo no lo pondría como opcional....
Precalentamos el horno a 190º durante quince minutos. Forramos un molde bajo con papel de cocina, ponemos encima la masa brisa, ajustamos con los dedos y pinchamos todo el fondo con un tenedor. Ponemos por encima garbanzos o judías y al horno diez minutos. Yo tengo para esto un kilo de garbanzos que sólo uso para este menester, y que a estas alturas podría usar como posta lobera, de lo durísimos que se han puesto.
Mientras tanto, cortamos las manzanas en lascas y las ponemos en una sartén al fuego con la mantequilla y el azúcar moreno, removiendo para que se impregne bien y se nos caramelicen, y reservamos.
Se saca el molde del horno pasados los diez minutos y con una cuchara se van sacando las legumbres con mucho cuidado. Esto es para que la pasta brisa no suba en el horno, que de lo contrario siempre sube algo y nos estropea el resultado. Y lo de hornear antes en vacío es para que evitar que la pasta nos quede blanda y cruda por dentro.
Batimos los huevos, añadiendo la vainilla, la miel, la canela y la harina, y vertemos esta masa en el molde, añadiendo a continuación las manzanas. Por último, ponemos encima las nueces de manera que quede más o menos bonito, y de nuevo todo al horno una media hora. Comprobamos la cocción pinchando con una brocheta, que nos tiene que salir seca. Si vemos que las nueces se van tostando mucho podemos deslizar por encima una hoja de papel de aluminio.
Se saca del horno, se deja enfriar sobre una rejilla y se desmolda. Se sirve con una bola de helado de vainilla. Y ya lo que queda es pasarlo muy bien...
Y que no seamos tan autosuficientes... que aunque creamos lo contrario el mundo va a continuar girando un rato sin nosotros.
Feliz semana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.