Aún no puedo entender cómo ha ocurrido, pero hete aquí que es día 4 de enero y que ya he comprado tooooodos los regalos. Debo haber estado insólitamente inspirada. Porque normalmente el 5 por la tarde siempre me pilla dando vueltas como pollo sin cabeza, qué-le-compro, qué-le-compro. Lo cierto es que, visto desde la experiencia que dan los años, en el tema regalos suele ocurrir que la primera idea que has tenido es la mejor, y también que como veas más de tres tiendas cada vez el exceso de opciones te bloquea y ya no vales para nada. Hace pocos días, recibí en este sentido una lección de sabiduría popular por la boca de una señora que estaba detrás de mí para pagar en una caja y que le decía a su acompañante:
-Yo no me complico. Pijamas de coralina para todo el mundo y al que no le guste, que le den por &&&%%%%@@@
Y qué de cosas se aprenden pegando la oreja en el ágora de la calle, Señor. Qué pena que ya tenía la mitad de las compras hechas; porque mira que la idea era buena. Ahora que lo pienso, una modalidad de este tipo de regalo la hacía mi madre con todos los varones de la familia. A cada uno le daba un pack con diversas prendas de ropita interior, y santas pascuas. Lo malo era que no les ponía el nombre a los paquetitos, y año hubo que un obsequiado se encontraba con que los paños menores no le entraban ni en la punta de la nariz, mientras que otro se podía fabricar una pérgola de exterior con los que le habían tocado en suerte. A las reclamaciones inevitables, mi doña Pepa respondía:
-Pues, ¿qué malo tiene? Os los cambiáis y requiescantimpacen. (Nota: Significa "requiescat in pacem", o "descanse en paz". Para los que no seáis de letras) Que sois muy delicados, ¡lechuga! ¿Tengo yo la culpa de que éste sea un canijo y el otro esté hecho un sollo? ¡Pues eso!
Lo cierto es que, con pijamas o sin ellos, yo ya soy libre, no sin haberme chupado las inevitables colas que formamos los rezagados.en todas partes. Hay colas en las cajas de las tiendas para pagar, hay colas en las cafeterías para merendar churros, hay colas en los servicios para lo otro y hay colas en los cajeros para sacar efectivo. Hace bastantes años, por estas fechas, recuerdo como en una pesadilla estar en la del cajero de mi barrio, para poner la libreta al día. Hace tantos años, que todavía estábamos en la época de las pesetas. Todas las cifras tenían más números y le parecía a una que tenía más dinero, infeliz. Por cierto, cuando ya va terminando la Navidad, se produce un fenómeno de compensaciones muy curioso: la báscula del baño sube en la misma proporción en que el saldo de tu cuenta corriente baja. Pues allí que estaba yo con mi cartilla y una cola detrás de siete personas, porque el otro cajero cercano se había estropeado. Total, que meto la libreta y empiezo a oir los ruiditos de rigor con el preceptivo mensaje en pantalla: Su libreta está siendo posicionada... Espere. Al poco, empieza a sonar el ras, ras. claca, claca, de que se están imprimiendo los movimientos. Vaya. Pues sí que hacía tiempo que no la actualizaba. Sale y paso la página.
Sale y paso la página.
Sale, paso la página y siento clavadas en mi espalda las miradas de odio de todos los que tengo atrás en la cola. Impertérrita, continúo la operación, hasta que el ras, ras, claca, claca, empieza de repente a convertirse en RRRRRAAACCC RRRRAAAACCCCC GRRRRRRRMÑÑÑÑPFFFF, y se escuchan los primeros comentarios.
Sale y paso la página.
Sale, paso la página y siento clavadas en mi espalda las miradas de odio de todos los que tengo atrás en la cola. Impertérrita, continúo la operación, hasta que el ras, ras, claca, claca, empieza de repente a convertirse en RRRRRAAACCC RRRRAAAACCCCC GRRRRRRRMÑÑÑÑPFFFF, y se escuchan los primeros comentarios.
-No. Y ahora se romperá, también.
-Lo que no se puede hacer es poner al día la cartilla UNA vez al año. Para tener a todo el mundo esperando.
Pues lleva usted razón. Pero es que poner la cartilla al día es un ejercicio de valor. A mí, en estas fechas, sobre todo, me daba, y me da, mucho miedo mirar el saldo y los movimientos, así que, cobardemente, siempre demoraba esta práctica todo lo que podía. Y es que me asusta más que subirme a la báscula el día 7, y más que leerme el "Drácula", el de verdad, el de Bram Stoker, que me da muchísimo canguelo. Volviendo a aquel momento de hace años, el cajero sigue trabajosamente poniendo la cartilla al día, entre estertores agónicos, hasta que suelta un ominoso CCCRRRAAAAAACCCCCCCCCMMMMMMMPPPFFF y muere definitivamente, exhalando una nube de trocitos de papel. La cartilla se ha quedado atrapada. La pantalla se apaga y se enciende, diciendo: Su libreta está siendo triturada....Espere. Bueno, no. Dice: FUERA DE SERVICIO. Tiro cuidadosamente de la cartilla. Poco a poco va saliendo: toda ella está en tiras hasta el doblez de la grapa, a modo de faldita hawaiana, hecha un primor.
-¡¡¡Chiquillaaaaa!!! ¿¿¿Qué no te has gastao, que te has cargao la cartilla, reinaaaaa??? ¡¡¡Jijijiiiiiii!!!.
-¡Esooooo! ¡eso es fundir la cuenta y lo demás pamplinas!
Ay, la guasa de esta Málaga. A veces la adoro y a veces la odio. El choteo y regocijo de los integrantes de la cola no tiene fin: me ha tocado "a mí", no a ellos, aunque se tengan que ir a buscar otro cajero operativo. Muy cabreada, recojo los restos mortales de la libreta, con un complejo horroroso de marigastona. Porque esto debe ser una señal divina.....
Y ahora va la receta. ¿Os creíais que os íbais a librar de la clásica receta de sopita de rape? Pues no, aunque está en versión crema para variar, y es muy rica. Es un potente e imprescindible antídoto contra la viperinez de las comidas familiares, así que os conviene anotarla. Con esto y la oreja de plástico que nos hemos comprado al efecto en los puestos navideños del Parque, todo va como la seda.
Para el caldo:
-100 gramos de aceite de oliva.
-300 gramos de gambas. En este paso usamos sólo las cabezas y reservamos los cuerpos.
-50 gramos de coñac
-400 gramos de agua.
Para el sofrito:
-70 gramos de aceite.
-300 gramos de cebolla
- 3 dientes de ajo
-400 gramos de tomate triturado (un bote pequeño)
Yo aquí añado por mi cuenta una docena de almendras crudas y un par de ajos más, fritos aparte.
Tercer paso:
-Una cucharadita de estragón seco o una grande de fresco.
-400 gramos de rape limpio, sin hueso ni piel, en trocitos.
-Dos cubitos y medio de caldo de pescado
-500 ml. de agua.
-Pimienta recién molida.
-Una cayena (opcional pero recomendable)
Final de la receta:
-Los cuerpos de las gambas.
-Perejil troceado.
-El agua que admita hasta llegar a los dos litros.
Opcional: Huevo duro y trocitos de pan frito.
Primero haremos el caldo. Salteamos las cabezas de las gambas con el aceite, apagamos y añadimos el coñac. Añadimos el agua y el hueso del rape, y cocemos cinco minutos. Apartamos, sacamos el hueso del rape y trituramos con la batidora. Colamos muy bien y reservamos.
En la Thermomix, cocemos antes el hueso del rape con el agua poniéndolo 7 minutos, varoma, vel.1. Luego apartamos y reservamos. Ponemos en el vaso el aceite, programando 4 minutos, varoma, vel. 1 y media. Añadimos las cabezas de las gambas y ponemos otra vez varoma, vel. 1 y media. Incorporamos el coñac, apagamos la máquina unos segundos, añadimos el caldo del rape y programamos 5 minutos, varoma, velocidad 4. Colamos y reservamos.
Sofrito:
Pochamos a fuego lento los ingredientes en una sartén, trituramos con la batidora y reservamos. En la Thermomix, ponemos todos los ingredientes de este paso y programamos 7 minutos, temperatura 100º, velocidad 4. Las almendras y los dos o tres ajos de más los frío aparte en la sartén y luego se lo añado al sofrito y lo trituro todo junto.
Ponemos en una cazuela el sofrito, el caldo que teníamos reservado, el rape, los cubitos, la cayena y la pimienta, y cocemos 10-12 minutos. Trituramos con la batidora, añadimos agua hasta los dos litros, lo dejamos hirviendo unos minutos más y añadimos los cuerpos de las gambas, que cuezan un par de minutos, y el perejil. Rectificamos de sal y servimos, con o sin el huevo duro picado y los cuscurros de pan.
En la Thermomix: Sobre el mismo sofrito añadimos en el vaso el caldo del primer paso, el rape en trozos, los cubitos de caldo, la cayena y la pimienta. Programamos 10 minutos, 100º, vel. 1. Luego se tritura 10 segundos a vel. 4, añadimos el agua hasta llegar a dos litros y ponemos los cuerpos de las gambas unos minutos más, a vel. 1, añadimos el perejil y rectificamos de sal.
Parece laboriosa, pero no lo es tanto. Yo la dejo aqui como broche final de las celebraciones. Creí que esto nunca terminaría......
Os van a traer muchas cosas los Reyes ¿a que sí? Con lo buenos que sois, que no hay más que veros. Yo espero que a mí también, porque me he portado de maravilla. Qué tristeza, ¿verdad? ¿No nos saldría más a cuenta portarnos algo peor? Es algo que pienso a menudo. ¿Qué tal si lo adoptamos como propósito para este 2017? Ahí dejo la sugerencia, queridos amigos: os invito a la rebelión civil, que cada uno podrá interpretar a su conveniencia y caso particular.
Feliz semana a todos.
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